HOMO DEUS. A Brief History of Tomorrow

Texto:

HOMO DEUS. A Brief History of Tomorrow.

Yuval Noah Harary. Harper Collins – 2017

Miguel A. Pero – Mayo 2017.

(Hay una versión en español, publicada por Random House. También versiones en PDF).

ALGUNAS DE LAS PRINCIPALES IDEAS EXPUESTAS EN EL TEXTO.

 Parte I: La Nueva Agenda de la Humanidad.

El Hambre, las Enfermedades (Plagas) y las Guerras, los problemas que a través de la historia han aquejado y contra los que ha luchado la humanidad, hoy (s. XXI) no constituyen ya un problema. Son todos desafíos controlables por la humanidad. No constituyen problemas que la humanidad no pueda controlar y resolver sin ayuda.

El Hambre, todavía existe en situaciones excepcionales, muy acotadas geográficamente, pero hoy no existe hambre ocasionada en fenómenos naturales. La gente, muere hoy más por problemas de sobrealimentación que de subalimentación.

Las enfermedades, (Plagas) grandes tragedias de la humanidad, (Peste Negra, Viruela, Gripe Española y otras) hoy no emergen sino por problemas de incompetencia o manipulación de los propios seres humanos. Los antibióticos, la ingeniería genética, los nuevos procedimientos (nanorobótica) hacen que sean evitables las grandes plagas y si emergen puedan ser controladas con rapidez.

La Guerra, hoy es un fenómeno poco probable a escala mundial. Si bien el mundo dispone de armas de destrucción masiva, los países no tienen motivación para usarlas. La obesidad y enfermedades relacionadas ocasionan más víctimas fatales que los conflictos armados. Cuando la fuente principal de la riqueza no son ya los activos (recursos) físicos, sino el conocimiento, la información, declina la rentabilidad de la guerra. En este tiempo ha cambiado el significado de la palabra “Paz”, de Ausencia Temporaria de Guerra a Implausibilidad de la Guerra.

Si el Hambre, las Plagas y la Guerra no son ya problemas para la humanidad, cuáles son los nuevos desafíos o proyectos que se plantean a la humanidad?.

La Inmortalidad. La ingeniería genética, los avances en los procedimientos médicos conducen a la ciencia a considerar que la muerte es un mero problema técnico y como tal susceptible de una solución técnica. Hasta la modernidad, la humanidad había tolerado a la muerte, hoy existen indicios que es posible evitar la muerte y garantizar una juventud casi eterna. Una meta más modesta es una prolongación de la expectativa de la vida (a 150 años). Tanto los avances de la ciencia como la necesidad de sostener una economía capitalista son fuertes razones para impulsar la lucha contra la muerte.

La Felicidad. Hoy ya se acepta que las medidas convencionales de prosperidad, crecimiento económico y progreso material, no garantizan ni suponen que la humanidad sea más feliz. No obstante la mayor oferta y acceso a bienes y servicios, para el hombre (mujer) promedio hoy es más difícil estar satisfecho y ser feliz. Alcanzar una felicidad positiva es más difícil que mitigar y/o eliminar el sufrimiento. Pareciera que existe un techo de vidrio que impide aumentar la felicidad. Ese techo está sostenido por dos pilares:

  • Nivel sicológico: la felicidad depende más de la realización de las expectativas que de la condición objetiva.
  • Nivel biológico: las expectativas y la felicidad están determinadas por lo bioquímico, más que por las condiciones económicas, políticas y sociales. La Felicidad puede definirse como placer y ausencia de pena, sensaciones corporales placenteras.

Qué implicancias tiene lo anterior?. Una, de consecuencias inciertas y aún cuestionables es que, para concretar una situación de felicidad continua, dejando de lado la recurrencia a las drogas, sería necesaria una reingeniería del ser humano tanto en los planos sicológico como biológico ya que el ser humano no está preparado para una felicidad continua.

La Divinidad. El logro de la inmortalidad y la continua felicidad requiere de la reingeniería del cuerpo y la mente humana a través de: Ingeniería Biológica (Acelerar el proceso de upgrading inherente a la evolución natural); Ingeniería Cyborg (Combinar cuerpo humano con artefactos no humanos – no orgánicos) e Ingeniería de Cosas Inorgánicas. (Avance de lo inorgánico sobre lo orgánico, o sea Computación, Robótica, Inteligencia Artificial).

El tercer gran proyecto de la humanidad en el s.XXI sería adquirir los poderes divinos de creación y destrucción y el perfeccionamiento del Homo Sapiens en Homo Deus. Esta condición no implica omnipotencia sino superhabilidades específicas. Gradualmente el ser humano se irá convirtiendo en algo irreconocible actualmente.

La gran paradoja que plantea el autor del texto es que acceder a esta condición de superioridad, vía principalmente del avance en la tecnología, conducirá a la propia irrelevancia e inutilidad del ser humano. Un mundo, o aún  un cosmos, gobernado por las máquinas que progresivamente irán aprendiendo y procesando a capacidades inigualables por el ser humano que terminará siendo convertido en un producto de diseño. La gran paradoja, del diseño inteligente de un Creador, a un diseño inteligente por un artefacto inorgánico.

(Nota de MAP: Quizás ayude una referencia a la saga fílmica: Matrix y una que ví recientemente en Netflix: Ex – Máquina.)

En sus orígenes la humanidad estaba integrada con el medio natural, como cazadores recolectores los seres humanos se consideraban parte de un cosmos que incluía a todo ser viviente. Los seres humanos dialogaban tanto entre sí como con las otras criaturas. Posteriormente con la agricultura, los asentamientos, el surgimiento de las religiones teístas (Judaísmo, Cristianismo, Islam) el hombre negó la existencia de consciencia, de emociones subjetivas en los restantes seres vivientes y se proclamó en el único interlocutor con el Dios creador y superior al resto de las especies. Con la Revolución Científica, los hombres silenciaron también a los dioses, convirtiendo al mundo en un show único del hombre. Con el dominio del conocimiento, biotecnología, nanotecnología, inteligencia artificial el hombre logrará lo que originalmente persiguió en el Jardín del Eden, adquirir y usar el conocimiento para ser como Dios. Con la Revolución Científica, emergió la religión del humanismo, el hombre fuente de toda significación y autoridad en el universo. Todo se evalúa según el impacto sobre el hombre.

Porqué el status privilegiado del hombre, superior al resto de las criaturas vivientes? Para algunos, porque el hombre, a diferencia de animales y plantas, tiene un alma, imperecedera, eterna, un ser in-dividual, holístico. Esto es rechazado por la teoría de la evolución y la ciencia aún no ha podido demostrar la existencia del alma. Para otros, porque el hombre tiene consciencia. Experiencias subjetivas, sensaciones, emociones, pensamientos en un flujo continuo. La evidencia científica ha mostrado que estas experiencias subjetivas responden a reacciones electroquímicas en el cerebro, resultado de millones de interacciones entre billones de neuronas que envían y reciben señales electroquímicas. La ciencia muestra que también los animales tienen este tipo de experiencias “subjetivas”, respondiendo a los mismos impulsos electroquímicos, lo que relativiza la superioridad del humano. Para el autor, la clave de la evolución de la humanidad no está en la inteligencia, ni en la capacidad de construir herramientas, ni en la consciencia ni en el espíritu. Está en la capacidad del Homo Sapiens de cooperar en forma flexible con una gran cantidad de extraños. La gente se comporta según una cálida lógica social. Estamos regidos por emociones, sofisticados algoritmos que reflejan mecanismos sociales de antiguas bandas de cazadores recolectores, con una preocupación esencial, la supervivencia. Esta capacidad de cooperación a gran escala se apoya en la preeminencia de realidades intersubjetivas, ficciones generalmente aceptadas, dependientes de la comunicación y convergencia de creencias y sentimientos, una red de significados comunes que emergen y se diluyen, reemplazados por otros, en el curso de la historia y que sobrepasan a las realidades objetivas y subjetivas individuales.

Parte II. El Homo Sapiens le da significado al mundo.

Básicamente la humanidad ha evolucionado impulsada por sucesivas tramas de historias. La difusión de estas historias fue catapultada por la aparición primero, de la Revolución Agrícola (asentamientos) y más significativamente después por la escritura y la moneda. Los grandes logros de la humanidad se deben a la organización, combinación y cooperación de redes de individuos que actúan bajo la directiva – inspiración de entidades imaginarias (los dioses, faraón, estados, corporaciones, marcas). Las ficciones facilitan la cooperación pero esas ficciones pueden determinar los propósitos y metas del sistema que pueden y son distintos a las necesidades materiales, síquicas y sociales de los individuos.

Existe una complementación entre religión y ciencia. La religión es todo lo que confiere una legitimidad sobrehumana a normas, leyes y valores humanos. Legitima las estructuras humanas sociales. La religión es una herramienta para preservar el orden social y organizar la cooperación en gran escala. La religión no es espiritualidad. Mientras lo primero tiende a lo colectivo, la espiritualidad es esencialmente individual y no favorece la cooperación.

La ciencia por su parte, estudia cómo se comporta el mundo, pero no cómo debería comportarse. La ciencia necesita de la religión para crear instituciones humanas viables. Los mayores conflictos entre ciencia y religión no tienen que ver con juicios éticos sino con hechos fácticos. Todas las religiones contienen: a) Juicios éticos, b) Declaraciones fácticas y c) Instrucciones prácticas derivadas de la conjugación de juicios éticos y declaraciones fácticas. Si bien la ciencia no puede ni debe cuestionar los juicios éticos, sí puede cuestionar e invalidar las declaraciones fácticas.

La religión persigue el orden, crear y mantener la estructura social. La ciencia persigue el poder de resolver problemas. Colectivamente, ni a una ni a la otra les interesa demasiado la verdad.

La historia moderna es un proceso acumulativo de acuerdos entre ciencia y la religión moderna, el humanismo.

En la premodernidad, el hombre era un actor en una trama cósmica en la que todo está predefinido, todo tiene significado como parte de un plan cósmico diseñado por los dioses o por las leyes de la naturaleza. En la modernidad no existe un plan preconcebido, no hay un propósito, un significado, las cosas simplemente suceden. El hombre no tiene restricciones, puede hacer lo que quiera, mientras pueda. Los problemas y limitaciones de la humanidad son meras dificultades técnicas. Corolario, se deja de lado el significado en aras de la obtención de poder (superar limitaciones, aumentar capacidades). La moderna persecución del poder es una alianza y realimentación entre progreso científico y crecimiento. La modernidad asume que el crecimiento es una necesidad absoluta, esencial, una panacea aplicable a casi todo problema público o privado. El crecimiento económico se ha convertido en una nueva religión y la solución a muchos dilemas éticos. En aras del crecimiento económico se subordinan atributos de igualdad social, armonía ecológica, convivencia familiar y valores tradicionales. Una vía muy efectiva al crecimiento ha sido la economía capitalista que prácticamente ha hecho más en logros de tolerancia, armonía y cooperación que la prédica religiosa de amor y poner la otra mejilla. La ciencia y la tecnología han resuelto el problema de la escasez de recursos como límite al crecimiento sin embargo, el verdadero némesis es el colapso ecológico que amenaza a toda la humanidad. No se ha resuelto el trade-off: crecimiento económico vs sostenibilidad ecológica.

No obstante sus logros la humanidad, individual y colectivamente, vive en un estado de permanente ansiedad, tensión e incertidumbre, impulsada a un continuo crecimiento. Hoy las instituciones colectivas, estado e iglesia, han declinado su tarea de poner límites a las ambiciones de la gente. Esto ha sido santificado por el capitalismo de libre mercado que sostiene un sistema voraz y caótico.

Cómo, en un mundo carente de significado y de su opción por el crecimiento, se ha evolucionado en tolerancia, prosperidad, cooperación? Porque hoy existe una nueva religión significante: el humanismo.

Es imposible sostener el orden sin significado. El Humanismo ha venido a reemplazar al Dios del Cristianismo, del Islam y a las leyes de la naturaleza del Budismo y Taoísmo. El humanismo propone que el hombre es el que debe crear significado a partir de su propia experiencia. Puede dar significado al universo. Mientras que en el pensamiento medieval, Dios es la fuente suprema de significado y autoridad, en la modernidad es el mismo hombre el que da significado y valor a sus acciones. Nuestros sentimientos proporcionan significado no sólo a nuestras vidas privadas sino también a procesos políticos y sociales. La ética, la política, la estética, la economía y la educación están moldeadas sobre el principio que la fuente de significado y propósito es el mismo ser humano. En el marco del humanismo los problemas éticos se resuelven con la fórmula: “Experiencia x Sensibilidad”.

El Humanismo ve a la vida como un proceso gradual de cambio interior que conduce de la ignorancia a la iluminación a través de sucesivas experiencias que desarrollan sensibilidad. En la modernidad el mundo es un yin y yang de complemento y oposición entre ciencia y humanismo; razón vs emoción; laboratorio vs museo; producción vs supermercado.

El Humanismo tiene tres principales ramas:

  • Humanismo Ortodoxo o Liberalismo. Cada individuo es un ser único con un conjunto de experiencias que no se repiten. Proclama la mayor libertad posible para el individuo, por encima de los intereses del estado o doctrinas religiosas.
  • Humanismo Socialista. El individuo no es relevante, lo que importa es la experiencia y sentimiento del colectivo. Bajo el liberalismo, surgen contradicciones, conflictos, tensiones que no pueden resolverse.
  • Humanismo Evolutivo. Lo relevante es la superioridad y la selección natural. En la superioridad se encuentra la fuente de autoridad y significación.

No obstante fuertes retrocesos hoy, en el siglo XXI el liberalismo se ha impuesto a las otras formas de humanismo, socialismo y evolutivo, convirtiéndose en el único show en el pueblo. A Octubre de 2016 (fecha del texto) no hay alternativa seria al paquete liberal de individualismo, derechos humanos, democracia y libre mercado.

El liberalismo se ha adaptado y asumido relativamente mejor que las religiones teístas y el socialismo, a la necesidad de subirse al tren de los avances tecnológicos de biotecnología, nanotecnología y algoritmos computacionales. El producto de esas disciplinas serán mayormente cuerpos, cerebros, mentes con capacidades de creación y destrucción.

Pero, a pesar de su triunfo sobre las otras religiones, cuando la ingeniería genética y la inteligencia artificial alcancen su pleno potencial los conceptos del liberalismo de democracia y libre mercado serán obsoletos. El ser humano no será espontáneo y único sino un objeto de diseño.

Parte III: El Homo Sapiens pierde el control.

La ciencia del s.XXI está minando los fundamentos del orden liberal (individualismo, democracia, libre mercado y elección). La ciencia, si bien no puede involucrarse con las abstracciones éticas del individuo, sí puede escrutar sus declaraciones fácticas. Por ejemplo: “El hombre actúa libremente, según su elección y voluntad”. La ciencia está probando que las acciones del individuo responden a procesos electroquímicos determinados por composición genética que refleja antiguas presiones evolutivas y mutaciones. Las acciones de los individuos son o deterministas o aleatorias, entonces probabilísticas, pero nunca totalmente libres y espontáneas. Al igual que el alma, la libertad es un concepto vacío. No existe tal cosa. Las acciones y reacciones de los individuos son determinadas como reacción a una cadena de eventos (path dependence) o a una reacción aleatoria, pero ninguna libertad. Po otra parte si el individuo actúa libremente, según su elección, no hay lugar para que actúe la selección natural, (una de las razones por las que el humanismo evolutivo critica al liberalismo, obstaculizar, impedir o rodear el proceso de selección natural conduce a una humanidad mediocre, inferior). Puede aceptarse que la gente actúa de acuerdo a sus deseos, pero la gente no es libre de elegir esos deseos que, surgen de procesos bioquímicos que se desarrollan en el cerebro. La ciencia desmiente, no sólo el concepto de libre voluntad, también de individualismo. Los seres humanos no son in-dividuos, por el contrario son “dividuos” (un hemisferio derecho vs. Izquierdo; un organismo que experimenta vs uno que narra, interpreta, condiciona y define el sentido y significado de la experiencia. La parte narradora del humano omite la totalidad y plenitud de experiencias ponderando con mayor peso y seleccionando un promedio entre la experiencia pico y la experiencia final. A pesar de los avances en la ciencia que niegan la libre voluntad y el ser individual, los seres humanos todavía se aferran en lo ético y lo político a las ideas liberales del s. XVIII (Locke, Jefferson, Mill). Esta disonancia cognitiva no puede continuar y el liberalismo será desafiado finalmente por la tecnología.

La creencia liberal que cada ser humano es un valor único y que su libre voluntad es la fuente de autoridad y significado se vuelve obsoleta por tres desarrollos prácticos del s. XXI:

  • Los seres humanos perderán su utilidad política y económica.
  • El sistema continuará valorando la humanidad en lo colectivo, pero no en lo individual ( de nuevo, remembranzas de Matrix)
  • Algunos individuos serán valorados conformando una élite de superhumanos.

El autor (YNH) dedica todo un capítulo a ilustrar la forma en que la tecnología, una combinación de biología y algoritmos computacionales, inteligencia artificial y aprendizaje por las máquinas, irán reemplazando al humano en todo tipo de tareas incluso las más creativas, convirtiendo a los humanos en irrelevantes e incapaces de contribuir en un contexto en que lo inorgánico predomina sobre lo orgánico.

Las tecno religiones conquistarán el mundo prometiendo la salvación a través de genes y algoritmos. Se distinguen dos tipos de tecno religiones: Tecno humanismo y Religión de los datos o Dataísmo.

El tecno humanismo, una variante actualizada del humanismo evolutivo, que vía ingeniería genética, inteligencia artificial, interface cerebro-computadora se propone crear un Homo Deus, un modelo de humano superior con elevadas capacidades físicas y mentales. Una mejora de la mente hacia experiencias y estados de conciencia desconocidos. Un desafío complejo y peligroso. El espectro de estados mentales es ilimitado y hoy ampliamente desconocido. Los desarrollos futuros de la mente, lo mismo que desde los orígenes de la humanidad, estarán determinados por necesidades políticas y económicas. La habilidad práctica de hacer una ingeniería de la mente, funcional a las necesidades de sistema político y económico, puede devaluar la condición de humano. Un tecno humanista puede pasar de un chimpancé aumentado a una super hormiga. Si la voluntad y los deseos pueden ser manipulados a discreción, no puede esa voluntad ser fuente de significado y autoridad.

El dataísmo concibe al universo como un flujo de datos y el valor de toda entidad o fenómeno está determinado por su contribución al procesamiento de datos. En el dataísmo, los organismos son algoritmos bioquímicos y las computadoras algoritmos electrónicos. Las mismas leyes matemáticas gobiernan a ambos tipos de algoritmos, pero los algoritmos electrónicos superan a los algoritmos bioquímicos. El dataísmos es una combinación y conjunción de biología y ciencia computacional que considera a todo ser viviente como diferentes métodos de procesamiento de datos y a los sistemas económicos como sistemas de procesamiento de datos. Por ejemplo, el capitalismo es un sistema de procesamiento distribuído de datos mientras que el comunismo un sistema de procesamiento centralizado de datos. El capitalismo como sistema de procesamiento de datos se ha probado como más efectivo y eficiente que la alternativa centralizada. Así, los mercados bursátiles son los sistemas de procesamiento de datos más rápidos y eficientes que ha inventado la humanidad.

Debido a que las instituciones políticas van por detrás de los avances en la tecnología. Internet es una zona liberada no sujeta a restricciones legales y que sobrepasa fronteras, estados, privacidad. Los gobiernos están siendo abrumados por un flujo de datos que no pueden asimilar ni controlar, lo que conduciría a una posible declinación de la democracia como sistema de gobierno.

Si se concibe a la especie humana como un sistema único de procesamiento de datos y los seres humanos como chips individuales, llevaría a entender la historia como un proceso de mejora en la capacidad y eficiencia de procesamiento de datos a través de cuatro métodos:

  • Aumento en la cantidad de procesadores (aumento de la población en el mundo)
  • Aumentar la variedad de procesos (diversidad de localizaciones, culturas, credos, cosmovisiones)
  • Aumentar la cantidad de conexiones entre procesadores (comunicación, transporte, difusión, intercambio)
  • Aumentar la libertad de movimientos entre las conexiones existentes (flujo de bienes y servicios, de capital, de personas, de información)

La dirección de la evolución futura será hacia una Internet de Todas las Cosas (Internet of All Things – IoAT). Un sistema cósmico de procesamiento de datos e información en el que los humanos serán sólo una parte y donde el libre flujo de la información es el valor fundamental, la meta suprema. Conectarse y ser parte del gigantesco sistema de procesamiento de datos es la nueva fuente de significado. Se pasará de una visión homo-céntrica a una visión data-céntrica.

Como ideas finales del texto:

  • Los organismos son algoritmos y la vida es un procesamiento de datos.
  • La inteligencia separada de la consciencia (ésta última, selectiva, condicionada, determinada, parcial, subjetiva)
  • Algoritmos no conscientes, pero más inteligentes gobernarán el mundo.

Miguel A. Pero

Mayo 2017