Opinión
La tecnología y la empresa tienen su rol en la educación
Las transformaciones pueden potenciar el aprendizaje con la formación docente adecuada para guiar el proceso
Por María Figueras | Para LA NACION
Es esperable que la escuela sea un espacio para el desarrollo de habilidades propias del siglo XXI entre las cuales se encuentran la capacidad de discriminar, interpretar y utilizar la información y los datos, entre otras.
Por lo tanto, ¿qué rol pueden cumplir las nuevas tecnologías de la información y comunicación en este cambio?
Sin duda, las TICs utilizadas adecuadamente como herramientas pedagógicas pueden potenciar la experiencia educativa, promover la comunicación y democratizar el conocimiento. Sin embargo, sería un error tener una excesiva confianza en el recurso sin contemplar que, en tanto que instrumentos, requieren de dos acciones previas: capacitar a los docentes en el uso adecuado de las herramientas digitales, y reforzar el rol profesional del docente que guía y acompaña los procesos de aprendizaje.
Es por ello que, en una escuela donde la información es asequible por todos, la integración de las TICs en los proyectos educativos se presenta como una excelente oportunidad para revisar el rol docente y una ocasión para adecuarlo a las necesidades de nuestro tiempo.
Además de una inversión económica, en dispositivos tecnológicos y conectividad en las aulas, se requiere de un proyecto que nazca desde los planes de formación docente en los profesorados superiores.
Con una transformación cualitativa en el seno de los profesorados, acciones políticas que sirvan para incentivar la profesión docente y un profundo cambio cultural que restituya a los educadores el prestigio social perdido en las últimas cinco décadas, podemos esperar que la escuela cumpla con su rol social de garantizar igualdad de oportunidades.
Es evidente que los gobiernos no son los únicos responsables de esta transformación. Las empresas y las organizaciones civiles tienen un rol protagónico y lo han asumido.
En el marco de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE), las compañ{as construyen colegios, abren sus puertas para las prácticas profesionalizantes y promueven e incentivan acciones de voluntariado, sólo por nombrar algunas de sus acciones, en alianza con organizaciones civiles que aportan su experticia y recursos humanos.
Cada cual según su responsabilidad y competencia, pero trabajando mancomunadamente, gobiernos, empresas y organizaciones civiles deben velar por el acceso equitativo de todos los ciudadanos a una educación de calidad para que, de este modo, puedan poner por medio de ella el conocimiento al servicio del desarrollo cultural, social, económico, político e institucional de la Argentina.
Presidenta de la Asociación Conciencia.