El Grupo Newsan: una excursión al corazón del principal fabricante de electrónica de la Argentina
En Ushuaia produce 4 millones de celulares y 1,1 millones de televisores por año, entre otros rubros, y proyecta facturar US$ 2800 millones en 2015; la polémica y la historia de la promoción más austral del mundo
Publicado en LA NACION, LUNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2015, en: http://www.lanacion.com.ar/1847440-el-grupo-newsan-una-excursion-al-corazon-del-principal-fabricante-de-electronica-de-la-argentina
USHUAIA.- Hay que viajar 3700 kilómetros para entender cómo funciona, piensa y proyecta el principal productor de electrónica y electrodomésticos de la Argentina.
Es verdad que el Grupo Newsan, de él se trata, tiene algunos apéndices en Campana y Avellaneda donde fabrica pequeños aparatos y heladeras, pero es en la ciudad más austral del mundo donde late la fibra de uno de los conglomerados empresarios que más provecho le sacó al boom del consumo. Allí sí se puede ver la proporción de la compañía, una conjunción perfecta entre contenedores, trabajo calificado y muy bien pago, y garantías impositivas por instalarse en el fin del planeta.
El Grupo Newsan nació en 1991 de la fusión de Sansei, una empresa que vendía electrodomésticos que era propiedad de Rubén Cherñajovsky, y la japonesa Sanyo Electric Trading. Un par de décadas después, la firma es dueña de las marcas Noblex, Atma, Siam, Philco, Sanyo y Sansei, y licenciataria de JVC, Pionner, Compac, Braun y Microlab. Además produce por cuenta y orden de Motorola, LG, la china Huawei, Panasonic y Sony, entre otras. Desde ocho plantas industriales y tres centros logísticos producen por año 1,1 millones de televisores, 4 millones de celulares, 750.000 aires acondicionados y 1,8 millones de pequeños electrodomésticos, sólo por nombrar algunos rubros. «En total nuestra producción es de 8,7 millones de productos. Además importamos terminados 2,45 millones de otros que no se producen en el país», dice el CEO de la compañía, Luis Galli.
Ese total de 11,14 millones de productos los llevará a anotar, según sus proyecciones, algo más de 2800 millones de dólares de ventas en 2015 y a terminar el último lustro con una inversión de 280 millones de dólares. Sólo para ponerla en perspectiva: su facturación supera a varias automotrices (Fiat, Peugeot o Renault, por ejemplo) instaladas en el país y se coloca cerca de Ford. Podría decirse que sólo Toyota los supera.
La vida de Ushuaia, una localidad que según el censo tiene 50.000 habitantes, pero que de acuerdo a los lugareños ronda los 70.000, es en gran parte, la vida de Newsan. Alrededor de 3500 personas trabajan en las seis plantas que hay allí generan, por día, una demanda de 7000 viandas para almuerzos y meriendas del personal. «Tenemos una escala que muchas veces no encuentra proveedores. Por eso, tal como el caso del comedor, nos hemos tenido que integrar en muchos rubros», dice Galli. El principal empleador privado de la provincia luce orgulloso un índice: el 39% del plantel son mujeres.
Para hablar de industria en Ushuaia hay que saber un artículo y un número. «La 19640», la ley de promoción industrial, es el oxígeno que desde 1972 tiene la isla para atraer inversiones industriales. Según palabras de Galli, hasta ese momento, el índice de pobladores por kilómetro cuadrado era de 0,6. Sólo había 13.500 habitantes en el territorio de los cuales 42% eran extranjeros. Actualmente hay 152.000 pobladores en Tierra del Fuego de los cuales, después de un pico de empleo industrial de alrededor de 15.800 puestos de trabajo en 2013, trabajan en la industria algo así como 13.500 empleados. La industria manufacturera explica 28,4% del producto bruto geográfico y 57% del producto bruto provincial.
Sin embargo, sobre todo fuera de las fronteras de aquel territorio, la producción de las 29 industrias que utilizan el régimen causa polémica por la demanda de dólares que genera, por el precio de los productos y por el cierre de las importaciones para ciertos artefactos que compitan con los fueguinos.
Newsan recogió el guante. Sabe que es difícil explicar «desde allá» lo que se hace «acá». Entonces atacó el problema. Por un lado decidió mejorar su balanza entre importaciones y exportaciones; por el otro, tratar de aportar cada vez más procesos en la isla para cambiar los números de la ecuación entre aporte local y componente importado. «Este proyecto se lo debemos a Guillermo Moreno [ex secretario de Comercio Interior] que nos pidió que exportáramos», dice el ejecutivo. Entonces enumera uno de los últimos proyectos del grupo que fundó Cherñajovsky: Newsan Food.
La nueva firma es sobre todo una pesquera, aunque exporta también vino, miel, alimento balanceado, harinas y aceite. Tiene un barco (Echizén Marú), además de acuerdos con pesqueras que cuentan, en total, con 16 embarcaciones. El año terminará y Newsan Food será la principal exportadora de pesca del país con el 16% del mercado. Alrededor de 11.500 toneladas de langostino congelado, 7500 toneladas de calamar y 3000 toneladas de merluza congelada. «Este año vamos a tener exportaciones de pesca por 500 millones de dólares y demanda para 1000 millones de dólares en componentes. El año pasado esa cuenta era de alrededor de 130 de exportación y 800 de compras en el exterior -dice Galli-. El mercado de consumo va a caer y el de exportaciones va a crecer.» El plan de equilibrio, según los ejecutivos, es a cuatro años. Será una manera de acallar las críticas por la demanda de dólares.
El segundo punto es avanzar con más integración local. Ahora bien, vale acá entender cómo funciona el mundo de la industria electrónica. El planeta si divide en cuatro tipo de clusters de este tipo de actividad. En el primer grupo están los grandes exportadores, de productos terminados, de partes y de componentes de Asia. China y Corea del Sur son los principales, seguidos por Tailandia, Malasia y Singapur.
Importadores y productores
En el segundo grupo de países están aquellos que importan partes y componentes de Asia y abastecen el mercado local y algunos cercanos. Este es el caso de México, Polonia o Hungría. Luego están los importadores de productos terminados (Uruguay y Chile) y finalmente, el cuarto sistema, en el que primó alguna decisión geopolítica para establecer industrias que importen partes y contenidos para abastecer el mercado local. En este universo se ubican la Argentina con Tierra del Fuego, y Brasil, con Manaos.
En ambos casos, las exportaciones son escasas ya que este tipo de régimen, en general, se acompaña con alguna cerrazón de fronteras, sea de hecho o de derecho.
Frente a su primo de Manaos, el sistema Tierra del Fuego tiene una desventaja. Mientras aquel ya fue prorrogado hasta 2073, este vence en diciembre de 2022. «El próximo gobierno debe resolver la prórroga para que se puedan hacer inversiones a largo plazo», explica Galli.
Es, quizás, uno de los principales asuntos. El otro, claro está, el tipo de cambio. «Más allá de lo que pase en el país, nuestro proyecto es en cuatro años equilibrar importaciones y exportaciones», repite Galli.
Cuenta que en campaña, los principales candidatos pasaron por la provincia y que todos visitaron alguna de las plantas. «Nosotros estamos preparados para invertir el negocio. Si la decisión es no producir más en la isla tenemos la logística, los contactos en el mundo, el mercado y la demanda para poder importar. El tema es la mano de obra, pero nosotros estamos preparados», dice.
Ahora bien, ¿qué es lo que se hace en las plantas de Newsan? El cerebro de la empresa es la planta en la que se montan las plaquetas que luego se integran en los diferentes productos. Allí hay 100 millones de dólares en máquinas. Varias líneas de producción, robots y hasta máquinas que le hacen una suerte de ecografía a las plaquetas hacen fila en el lugar. Tiras de pequeños componentes (cual tiras de viejos caramelos) son tragadas por máquinas que a velocidad de brazo de robots las insertan en las aún vírgenes plaquetas verdes. Luego, el destino que el diseño les imponga. Después en cada una de las plantas se unen todas las partes y se convierten en el producto final. Justamente en esta parte del proceso es donde está la mayoría de la mano de obra. Las líneas de producción no distan demasiado de una automotriz: una cinta y operarios que colocan un par de piezas.
Millones de teléfonos
Los teléfonos es uno de los principales negocios del Grupo. Hasta hace un par de años no habían hecho pie en ese mercado. Pero una compra global en Brighstar, uno de los principales fabricantes de Río Grande, les sirvió en bandeja el rubro. Actualmente arman teléfonos para Motorola, LG, Alcaltel y Huawei, además de su marca propia, Noblex. «Fabricamos cuatro millones de celulares, lo que nos coloca como el primer productor del país. Los teléfonos se compran desarmados en el exterior y aquí se los arma. En 2016 tenemos que invertir para armar las plaquetas, ya que tenemos la obligación de producir las de todos los celulares», dice Galli.
Según Enrique Carrier, un consultor especializado en tecnología y comunicaciones, el costo argentino se ensañó con los celulares. Mediante un tuit puso números: un teléfono que sale a US$ 487 de Tierra del Fuego se vende US$ 1349 al público: más de 177% entre fletes, márgenes e impuestos», completa.
La isla, claro está, tiene sus problemas. El primero, por ejemplo, la distancia. «Un camión con un contenedor tiene un costo de 30.000 pesos de flete desde Ushuaia hasta Buenos Aires. Por una exigencia del seguro, no podemos mandar más de tres juntos. Y cada tres tenemos que enviar dos coches de seguridad, uno delante y el otro atrás. Eso triplica el costo», dice. El costo de los productos, afectados por decenas de ineficiencias en la cadena, es sin duda uno de los puntos más criticables del sistema. Frente a sus similares importados suelen estar más caros.
Quien se opone a este sistema bien podría opinar que producir cerca de los mercados donde se localiza la demanda sería enormemente más eficiente. Los defensores de Tierra del Fuego le contestarán que la decisión de promover la industria en el confín del país tiene que ver con una decisión geopolítica que excede por lejos la cuestión económica. Será una discusión con razones de ambos lados. Mientras tanto en el fin del mundo, en Newsan sale un televisor cada pocos segundos de una línea de producción. «Nos vamos a concentrar en pequeños electrodomésticos y productos de salud y farmacia. También en una línea de herramientas para homecenter«, dice Galli. Saben que la discusión por Tierra del Fuego llegará. Mientras esperan, vacían contenedores y los vuelven a llenar.
Detalles de la industria del fin del mundo
¿Desde cuándo rige el régimen de promoción industrial?
-La ley 19640 se sancionó en 1972 y rige hasta diciembre de 2022. Los empresarios de Tierra del Fuego ya iniciaron contactos para saber si habrá prórroga o no.
¿Cuáles son las principales exenciones que da la ley?
-Los productos que ingresan a la isla no pagan IVA. Ese es el principal ahorro. Además, los trabajadores no pagan impuesto a las ganancias.
¿Se ensambla o se fabrica?
-La industria electrónica del mundo ya no está integrada. Ahora son pocos los fabricantes de los principales componentes y las grandes marcas del mundo (Apple, Samsung, LG o Sony, por ejemplo) comparten muchas veces esos proveedores. Luego, en fábricas similares a las de Newsan, fabrican sus productos con diferentes marcas. Las plantas de estos productos están localizadas en Asia.
¿Qué planes tiene Newsan para compensar la balanza de dólares?
-Además de integrar piezas en la Argentina (en 2017 tiene que hacer las plaquetas de todos los celulares) compró una empresa pesquera y un barco. Este año habrá importado por US$ 1000 millones con exportaciones de pescado por US$ 500 millones.
¿Qué hace con la basura del empaque?
-En los últimos años creó Eco Pulpo, una planta en la que recicla telgopor, metales, cartón, madera, vidrios y PET que vende o exporta.
Rubén Cherñajovsky
Fundador y director
«Lo que hacemos está a la altura de lo mejor que se hace en el mundo. Los industriales de la electrónica no supimos explicar cómo producimos»
Luis Galli
CEO de Newsan
«Más allá de lo que pase en el próximo gobierno, nuestro proyecto es lograr en cuatro años equilibrar las importaciones con las exportaciones»