Hiperconectividad

Hiperconectividad: la expansión del 4G crea nuevos hábitos de consumo en el celular y transforma los negocios

Cuatro millones de argentinos ya navegan en la autopista de datos mientras las operadoras extienden su alcance y adaptan la oferta, con una variedad creciente de teléfonos y planes que priorizan la conexión

Publicado en LA NACION, Comunidad de Negocios, LUNES 16 DE NOVIEMBRE DE 2015, en: http://www.lanacion.com.ar/1845346-hiperconectividad-la-expansion-del-4g-crea-nuevos-habitos-de-consumo-en-el-celular-y-transforma-los-negocios

La barra de carga incompleta, el relojito que demora los mensajes «instantáneos» de WhatsApp, conversaciones fragmentadas, GPS que pierden el rumbo, fotos en blanco. Son segundos de plomo. Un semáforo por cada acción que interrumpe la fluidez del tráfico y que detiene sin discriminar a carros desvencijados y a coches último modelo.

En los últimos tiempos, los usuarios de telefonía móvil en la Argentina padecieron la saturación de las redes por la expansión del parque de teléfonos inteligentes. La multiplicación de consumidores a un número mayor al de habitantes y el consumo creciente de datos causaron un colapso en la infraestructura que empezó a solucionarse después de que se agudizaron los problemas. Las quejas por las deficiencias llovieron sobre las compañías, incluso desde el Estado, que castigó «apagones» con multas y frenó algunos aumentos por la mala calidad de los servicios. Pero las operadoras le devolvieron la pelota, justificándose en las limitaciones impuestas por el espectro bajo su administración. Finalmente, tras la licitación y con años de rezago respecto de otros países de la región, el 4G comenzó a instalarse en el país desde diciembre último, con la promesa de descomprimir y mejorar la velocidad de las conexiones. Los primeros en experimentarlo fueron los usuarios que estaban más apretados en las redes 3G, en las zonas de mayor densidad de población. Cerca de un año de aquel momento, el funcionamiento de la red todavía es, en general, parcial y complementario.

La conectividad 4G (LTE) significó para los usuarios el fin de la tarifa plana, a cambio de una capacidad hasta 10 veces mayor que la tecnología precedente. Algo así como pasar de navegar en un bote de remo a surcar las aguas en una lancha veloz, pero con taxímetro. Para las empresas proveedoras, el 4G implica una transformación (al alejarse de los servicios de voz y SMS, y priorizar la Internet móvil) y una potencial ampliación de su negocio relacionada a servicios, entretenimiento y a la conexión de las cosas.

Explotar la oportunidad y dejar de ser foco de la bronca de los usuarios demanda esfuerzos de inversión. En la subasta del espectro 3G y 4G, Personal, Movistar, Claro y Arlink (firma del grupo Manzano-Vila a la que finalmente no se le asignó espacio) ofrecieron un total de US$ 2233 millones. Eso, sumado a la tecnología necesaria para expandirlo -y mantener la infraestructura instalada- elevará la cuenta a unos US$ 5000 millones, estima Sebastián Cabello, director de la oficina en América latina de GSMA, una organización que representa a más de 800 operadores móviles y 250 empresas relacionadas alrededor del mundo.

La instalación de radiobases marcha en forma acelerada, aunque por detrás de la demanda de datos que corre al 120% anual. Tal es la necesidad de mejora que con 10 meses de implementación, casi 4 millones de clientes ya navegan en 4G. Contra los 53 millones de líneas activas, la cifra puede parecer pequeña, pero la Argentina fue uno de los mercados de más rápida adopción. «Había una demanda reprimida, insatisfecha, retrasada por medidas regulatorias. Lo demostró el hecho de que el servicio se ofreciera a la semana porque la industria se había adelantado», dice Cabello.

«Lo estábamos esperando -comenta Manuel Correa Cuenca, director de Marketing de Personal-. Esa es la razón por la cual hace cuatro años que todos nuestros chips son compatibles con 4G.» El salto evolutivo se refleja en una curva de crecimiento exponencial de tráfico de datos. «El 4G nos va a permitir capitalizar la demanda que no podíamos abastecer y la de un futuro cercano, porque la evolución seguirá: en el país, 75% de las personas están conectadas y, si bien la cantidad de páginas vistas es mayor en los dispositivos tradicionales, el crecimiento del móvil lo convertirá, en poco más de un año, en la primera pantalla», dice Correa Cuenca.

Según cálculos de GSMA sobre el tiempo que tarda la tecnología en alcanzar al 3% de la base de clientes, la adopción fue doblemente veloz respecto de Chile, casi triplicó el ritmo de Colombia y más que cuadruplicó el paso de México. Actualmente, detalla la firma, «la Argentina cuenta con la segunda red más rápida de la región (13Mbps), detrás de Chile y a la par de Colombia y Brasil».

Enrique Carrier, especialista en telecomunicaciones, encuentra una ventaja en el retraso: «El delay hizo que entráramos en un momento de mayor madurez de la tecnología a nivel global, con mayor disponibilidad de productos y a precios más bajos». Según Carrier, «las inversiones en el país avanzan a un ritmo acorde con lo previsto en la primera etapa del pliego, que termina a mediados del año próximo e implica conectar las capitales de provincia y Mar del Plata, Bahía Blanca y Rosario».

El alcance actual del 4G se relaciona con la gravedad de la saturación. Por caso, en la ciudad de Buenos Aires, un 40% de los clientes de Movistar se conecta con esa red y, en el área metropolitana, lo hace el 30% de los usuarios, detalla Ricardo Galli, director de Marketing de Producto de la firma de Telefónica. Con 2200 radiobases, amplía, la empresa ya sirve a un cuarto de sus clientes conectados.

«Este frenesí por el despliegue -comenta Carrier- parece darle la razón a quienes decían que la falta de espectro era uno de los frenos a inversiones mayores de los operadores.» El experto también ve en el apuro una estrategia relacionada con el dólar «barato» y las expectativas de devaluación.

La migración de los usuarios para aliviar la congestión de la red actual (por la que siguen viajando las llamadas de voz) depende tanto de la construcción de autopistas como de la adaptación de los autos que circulan. En este sentido, la Argentina también tiene sus peculiaridades. El mercado de celulares tuvo una fuerte caída en el primer semestre. «Fue una contracción de la oferta por la no disponibilidad de divisas, y no por la adaptación de la industria al 4G, ya que por ser de ensamblaje, Tierra del Fuego no tiene demoras importantes», explica Carrier. En la segunda parte del año, la caída se revirtió y en el tercer trimestre, la producción de teléfonos 4G trepó a dos de cada tres.

Las vidrieras se plagaron de modelos compatibles y en una amplia gama de precios, entre $ 1000 y $ 14.000. «El surtido en las distintas gamas provocó una caída en el precio de la tecnología 4G», explica Vanessa Aznar, analista de la consultora GFK, que midió una baja interanual de 48% en los valores de los equipos vendidos por las operadoras y de 4% en liberados. Además, según GFK, se duplicó de cuatro a ocho la disponibilidad de marcas con dispositivos aptos para la red LTE. Carrier agrega otro factor al descenso en los montos: «La mayor holgura de stocks se hace evidente en las fuertes promociones de los operadores como del canal retail». Ofertas y velocidad motivan el recambio, estimado en menos de dos años.

La conversión del parque de celulares es clave para expandir el uso de la red. De allí el cambio de la oferta de las operadoras. «En este cuarto trimestre -precisa Correa Cuenca-, 80% de los teléfonos comercializados son 4G y el año que viene van a ser el 100%.» En Movistar, dice Galli, más del 90% de las ventas ya son móviles 4G. También Claro modificó su portfolio, pero advierte una escasez. Fernando Del Río, director comercial de Mercado Masivo de Claro, afirma que «el crecimiento depende de la velocidad a la que se abastece de teléfonos la red». En el presente, reclama, la oferta es insuficiente, en especial en el segmento económico en torno de los $ 3000. «Son los más vendidos y los que están en falta para ayudar a descomprimir las redes 3G», añade. Cubrir el bache, dice, será un condicionante: «Para 2016 y 2017 hay una oportunidad de actualización muy grande; se va a convertir todo el parque si se mejora el proceso y se amplía la oferta con precios atractivos». La industria prevé para el año próximo una transformación del 30% del total de celulares.

Otro cambio fue la adecuación de los portfolios de planes al mayor consumo de datos que supone la conectividad 4G. «Son las redes correctas para los consumidores de datos, que toman fotos en alta definición y las comparten, escuchan radio, suben un video a Facebook, siguen una serie, pero la capacidad también hace que el volumen sea mayor por otras razones que no se controlan. Por ejemplo, la reproducción automática de videos de Facebook es una descarga de datos, al igual que YouTube, que se reproduce en HD», se explaya Del Río.

A lo propio del 4G se agrega un mayor uso por la comodidad de la experiencia: «Los equipos 4G están el 80% del tiempo en la red, excepto cuando hacen llamadas y bajan a 3G», dice Galli. Eso modificó los paquetes de servicios con un estándar: «Multiplicamos por cuatro la cantidad de datos, con voz ilimitada dentro de la compañía y SMS libres, que no significarán un mayor gasto para los usuarios», describe Correa Cuenca. El consumo promedio en 4G de los clientes de Personal es de 1,3 Gigas, es decir, 3,6 veces más que en 3G. El 56% de ese consumo es video.

Aunque los nuevos planes no necesariamente demanden un mayor gasto, el uso asociado a la mejora del servicio irá en alza, lo que incrementará el desembolso de los usuarios y los motivará a contratar planes más jugosos, e incluso a reforzarlos durante el mes. Ya ocurre entre los clientes pospagos, de quienes provino la mayor adhesión al 4G. Las compañías ofrecen abonos de unos $ 180 mensuales con 1 GB y en torno de los $ 300 con 3 GB. Los de 10 GB rondan los $ 650. ¿Cuánto necesita un usuario promedio? Con 2 GB alcanza para bajar 200 temas de música o escuchar 30 horas de Spotify, o bien subir 1000 fotos a las redes sociales o ver 16 horas de videos en YouTube.

Los planes de infraestructura y negocios están firmes, como la necesidad de los usuarios. Ahora, el relojito de WhatsApp, la barra de carga y las conversaciones telefónicas deberán pasar la prueba.

Empresas en metamorfosis

La red 4G, como la futura 5G, implica una reconversión para las operadoras de telefonía. Mientras la voz permanece estable y los SMS caen, aparecen nuevas oportunidades. Según GSMA, el número de cosas conectadas crecerá en el país a 4,5 millones en 2020. Con la mira en ese avance, Personal lanzó (y las otras firmas preparan) dispositivos de Internet móvil 4G con abonos que crean atmósferas Wi-Fi, por ejemplo, en un auto. Además, las compañías impulsarán sus servicios de entretenimiento de música por streaming (como ClaroMúsica o Personal con Spotify), juegos en línea o videos. Estos últimos serán, en 2019, un 72% del tráfico móvil. La voz sobre LTE será otra punta del negocio. En Movistar apostarán al servicio de videoconferencias de alta calidad, y desarrollarán servicios en la nube. La conectividad también da parte a nuevos jugadores, como demuestra Periscope, una red social de gran crecimiento.