Internet de las Cosas: los 12 adelantos tecnológicos que ya se pueden ver en la Argentina y que ponen al futuro cada vez más cerca
Mochilas inteligentes, skates con chips, tachos de basura que «avisan» que están llenos, autos que anuncian la falta de aceite al celular y sistemas que monitorean la cadena de frío son algunos de los casos
Por Carlos Manzoni | LA NACION
Hay que distinguir dos grandes tipos de tecnologías de Internet de las Cosas: por un lado está todo lo vinculado a dar soluciones prácticas a las empresas, para que optimicen ciertos procesos, y por otro, todo lo relacionado a artículos que usa una persona en particular. En el primer caso está, por ejemplo, un sensor especial que administra el riego de un cultivo acorde a la humedad que detecta en el suelo, mientras que en el segundo se destaca la mochila inteligente, que sirve para cargar diferentes dispositivos y que además cuenta con una serie de discos en los que se puede almacenar material multimedia.
Guillermo Castelli, CEO y fundador de QuadMinds, compañía dedicada a diseñar y crear soluciones reales de Internet de las Cosas en vehículos, máquinas y electrónica, dice que algo que ya está en el país es un sistema por el cual la flota de Aerolíneas Argentinas da la información de la hora que tienen que salir los vuelos, con la tripulación de cada avión, con la dirección de los tripulantes y la ubicación de los remises que van a llevar a esos tripulantes hasta el aeropuerto. «Con todo eso se pueden armar viajes más eficientes, porque se puede decir cuándo el tripulante está más próximo a llegar al aeropuerto, anticipar si va a llegar más tarde y ver cuáles son las causas más comunes de demora», detalla.
Otro ejemplo concreto se encuentra en la recolección de residuos. Se colocan sensores en todos los tachos de basura de la ciudad para saber cuándo pasa tal camión y a qué hora levanta la basura. «Con eso yo sé la calidad de servicio que da la empresa de recolección al municipio. También puedo ver si cubren toda la ciudad y diagramar rutas especiales, conocer a qué hora se llenan antes los tachos para adaptar la ruta al comportamiento de los vecinos», explica Castelli.
En estos dos casos, el costo es de $ 400 por cada activo conectado. Aerolíneas Argentinas tiene 400 aviones vinculados a los sensores, mientras que Velia (el de recolección de basura) cuenta con 200 sensores colocados.
Más vinculado con la interacción entre persona y «cosas» están los chips en autos. Según cuenta Gabriel Mysler, gerente general de Ituran, empresa de recuperación de vehículos, la tecnología para tomar los datos que ahora son remitidos a un smartphone o centro de control existía hace un tiempo, pero no «hablaba» y ahora sí lo hace. Créase o no, ya se puede tener en el país un auto que «avise» cuándo se debe cambiar el aceite, cuándo renovar los neumáticos o cuándo hacer el próximo service. «También se puede aplicar para seguridad, por ejemplo, para hacer que se pare el motor cuando se supera cierta velocidad en ruta», comenta Mysler.
Conrado Mader Blanco, socio de Wolox, empresa enfocada en el desarrollo tecnológico de emprendimientos, cuenta sobre Quitbit, una aplicación mobile que se conecta con un encendedor y tiene como objetivo que la gente deje de fumar. En esa aplicación se registran todas las veces que alguien fuma. El encendedor se integra con bluetooth con el celular y cada vez que se usa el encendedor se prende una luz en el smartphone. «La aplicación permite hacer un plan para fumar cada día menos cigarrillos. El precio del aparato es de US$ 80. El software es un desarrollo que está a cargo de Wolox», dice Mader Blanco.
Las sorpresas no terminan allí. AMPL es una mochila inteligente que tiene una serie de baterías para cargar los dispositivos móviles. Además cuenta en su interior con un servidor con discos que permiten guardar material multimedia. «Con el celular, por medio de bluetooth, se «habla» con la mochila, se puede acceder a todo ese material y también ver cuál es la carga de cada dispositivo -dice Mader Blanco-. La arman ex empleados de Sony, hay de distintos tamaños y cuestan US$ 200. Wolox desarrolló el software que permite interacción entre la mochila y el mundo exterior.»
En lo aplicado al deporte se destaca Syrmo, un «skate inteligente». Se le instala un sensor a la patineta que detecta cuáles son los trucos que se hacen y permite viralizar esa información entre la comunidad de amigos. Algo que aún no llegó al país, pero que ya se usa en el mundo es toda la variedad de sensores en pelotas de fútbol y básquet, o en las propias camisetas de los jugadores.
EL HOGAR, A CONTROL REMOTO
En tanto, Internet de las Cosas en el hogar tiene una novedad que llega de la mano de BGH. La línea de aires acondicionados Silent Air Gems con SmartControl permite que el usuario pueda conectar estos equipos a una red Wi-Fi y manejar todas sus funciones desde un smartphone, tableto notebook en forma remota. Su desarrollo es 100% nacional y está en línea con los últimos adelantos a nivel mundial. Los precios de estos equipos van desde los $ 10.254 hasta los $ 22.426. Ezequiel Devoto, gerente de la división Hogar de la firma, adelanta: «Es el primer paso de la marca en el desarrollo de aplicaciones inteligentes para la amplia gama de productos».
La app de BGH posibilita conocer el estado de los equipos de aire acondicionado conectados a la red y tener completo control de ellos en forma simultánea y desde ubicaciones remotas. Además se pueden habilitar perfiles -otros miembros de la familia o compañeros de oficina- para compartir con ellos el control de los equipos, y crear diferentes «escenas» para que los usuarios programen sus aires acondicionados según sus necesidades o costumbres. Por ejemplo, definiendo horarios de encendido y apagado, cambios en la temperatura en diversos horarios y lugares.
Volviendo al mundo industrial, está disponible en la Argentina una tecnología que permite a una empresa que distribuye combustible optimizar sus despachos. Se colocan sensores en las estaciones de servicio para que indiquen cuál es el nivel de llenado de los tanques y así poder estimar a qué hora se van a vaciar. De este modo se puede regular el horario en el que sale el camión, que la carga llegue justo y que se ahorre en logística, al eliminar esperas.
Bruno Rovagnati, senior VP y managing director de R/GA Latam, empresa dedicada a la publicidad digital, destaca que un grupo de argentinos creó la valija inteligente. Se trata de Bluesmart, que puede ser controlada mediante el celular: permite al dueño cerrar y abrir el candado, conocer el peso, saber la ubicación y recibir notificaciones y reportes sobre el viaje. Este producto incluye unchip, GPS y diversos sensores que se comunican vía bluetooth con el celular y la red. También se puede cargar el teléfono con ella y se estima que, cuando su venta sea masiva, costará US$ 450.
En tanto, Ángel Pérez Puletti, CEO de Baufest, afirma que su empresa desarrolla un sistema especial para viñedos, que está basado en un software que administra el riego sobre las vides en función de la humedad que tiene la planta en cada momento. «Mientras tanto -adelanta- ya hay gente en el país que estudia la posibilidad de manejar drones con la mente.»
MovilGate es una empresa en la que se desarrollan sistemas de telemedición M2M (machine to machine), que recoge datos a través de sensores instalados, se envían de forma inalámbrica a una red, donde luego es direccionado (normalmente por Internet) a una plataforma para su explotación. Uno de ellos es TM Conteo, una solución automatizada para el conteo, control y detección de personas, con la cual se puede monitorear el ingreso, flujo y egreso en diversos espacios como locales y shoppings, por ejemplo. «Otros espacios donde se aplica el servicio son oficinas, bares y discotecas, eventos, aeropuertos y terminales», refiere Marcela Carbajo, CEO de MovilGate.
Otra tecnología de esta empresa, TM Ártica, se enfoca en el monitoreo y alertas sobre la cadena de frío (temperatura, humedad y otros parámetros). La solución tiene sus puntos relevantes, como por ejemplo, el envío de alertas sonoras y visuales y vía SMS en el caso de alguna alteración o modificación en el rango normal de temperatura que se esté monitoreando online para que los encargados del sector tomen las acciones pertinentes. «En este caso, nuestros mercados son las empresas de logística, de la industria farmacéutica, alimentaria, laboratorios clínicos, centros de diagnóstico y ganadería, entre otros», detalla Carbajo.
La variedad de artículos, productos y servicios que abarca (y abarcará) la Internet de las Cosas es aún inimaginable, pero un puñado de adelantos permiten a la Argentina asomarse por esta ventana de la tecnología y soñar con robots multifunción o casas «administradas» totalmente por medio de un smartphone; algo que ya existe en el mundo, pero que todavía no aterrizó por estas tierras.