Investigaciones universitarias

Investigaciones universitarias Publicado en Cronista.com, (28/10/2010)
Con apoyo de algunas empresas, el sistema universitario argentino genera grandes avances en innovación y desarrollo. Los casos de éxito ya producen regalías para el sector académico.

Quien vea las facultades tomadas, las condiciones edilicias, los sueldos magros, los índices de rendimiento académico y tantas otras variables vinculadas con el sector educativo de nuestro país, difícilmente imagine que las universidades en la Argentina concretan muchas investigaciones consideradas de punta a nivel global.

Se suele decir que el talento argentino puesto en condiciones no adversas es colosal. Con esa premisa, varias unidades académicas generaron espacios de trabajo junto con el sector privado, para crear centros de investigación de avanzada especializados en las más diversas disciplinas.

La relación de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) con el laboratorio ELEA, por ejemplo, tiene ya unos 10 años. «La empresa acercó sus necesidades de desarrollo e investigación a la universidad, con el objeto de estudiar «in vitro» y en modelos animalespreclínicos algunos productos», recuerda Darío Codner, Subsecretario de Investigación y Transferencia Tecnológica de la casa de estudios.
Comenzando con vacunas oncológicas desarrolladas en centros de biotecnología cubanos, ELEA recurrió primariamente al laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad y a partir de entonces se fue construyendo una relación de confianza entre losdirectivos del grupo y los investigadores universitarios.
«Esta relación de confianza fue el marco para que la UNQ licencie una patente propia sobre el uso de la desmopresina paratratamientos en oncología y proponga a la empresa cooperar sobre desarrollos de nuevos péptidos de actividad específica en cáncer (con posibilidad de ser patentados)», prosigue Codner. A su vez, este proceso de aprendizaje mutuo fue influyendo en el lineamiento de la agenda de investigación «sin que se afecte la libertad de los científicos, facilitando incluso la cooperación internacional académica de los investigadores y la generación de papers publicados con independencia de la empresa, manteniendo criterios libres de temas de investigación», agrega.
En este marco se concretó una formulación peptídica hemostática y antitumoral para ser aplicada durante la extirpación quirúrgica de tumores sólidos en mascotas. Este nuevo producto se patenta a nivel internacional y se licencia a una compañía para su explotación comercial en todo el mundo en el ámbito veterinario. La UNQ ya obtuvo sus primeras regalías por él.
«Ya hay una buena colección de casos positivos que demuestran que el conocimiento generado en el sector científico puede traducirse en empresas o productos, con la consiguiente creación de empleo o mejora del bienestar general. La primera señal positiva es que el CONICET se ha convertido en el principal solicitante (de patentes) nacional y en el extranjero, con cerca de 70 invenciones en 2009», considera Gustavo Schötz, director del Centro de la Propiedad Intelectual de la Universidad Austral.
Así y todo, agrega que es claro que «la solicitud de una patente es insuficiente si ésta no es concedida, y tampoco si luego eldesarrollo no fuera llevado a la práctica y al mercado».

Empresas e investigadores

En línea con el modelo anterior de complementación entre el sector académico y el privado, desde 2008 el Instituto Leloir y Pfizer tienen una alianza de colaboración científica. «Se trata de un convenio a largo plazo que aspira a ser un ejemplo a emular por otras empresas e instituciones, siguiendo la premisa de ciencia como política de Estado», describe Jorge Daniele, director de Relaciones Externas del Instituto.
El acuerdo consistió en la entrega de un primer subsidio por parte del laboratorio por una suma de USD 200.000 para que el Instituto investigue la relación entre los procesos inflamatorios y la enfermedad de Parkinson, que afecta en la Argentina a unas 70.000 personas y en el mundo a unos 6 millones.
Fernando Pitossi, director del proyecto y a cargo del Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso delInstituto, subraya que «la investigación básica tiene como resultado inmediato la generación de conocimiento y la formación de recursos humanos, que son la base de todo proyecto científico». Ésta es una de las grandes ventajas de la Argentina, prosigue,donde hay personal altamente capacitado para la investigación.
En una línea similar se enrola el acuerdo entre la empresa de ciencia aplicada DuPont y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), firmado en 2002, por el cual DuPont otorga USD 25.000 a un equipo de investigadores cuyos proyectos se destaquen en desarrollos de diversas áreas.
En su flamante octava edición, el Programa premió al equipo liderado por el investigador Pablo Levy, que trabaja en el desarrollo de una tecnología emergente para realizar memorias permanentes que pueden resultar veloces, miniaturizables y capaces de soportar ambientes adversos. En las anteriores, se premiaron proyectos en las áreas de alimentos funcionales, energías renovables, alimentación, nuevos materiales, nanotecnología y biotecnología con aplicaciones en las áreas de veterinaria/salud y agraria/forestal.

Patentamiento
Uno de los temas que preocupa en el sector es la protección de los descubrimientos. Y es que así como la investigación para obtener una nueva molécula puede demandar más de una década de trabajo, sacrificio e inversión, copiarla apenas si precisa de un par de semanas.
En esa línea, por ejemplo, Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) desarrollaron recientemente un nuevo fármaco antiepiléptico diseñado para eliminar los efectos secundarios que producen las drogas convencionales en los pacientes que sufren esa enfermedad.
La fórmula se encuentra en la fase de ensayos preclínicos (pruebas con animales) y según informó la Universidad ya obtuvo su patente de invención en la USPTO de los Estados Unidos (Nº 7.763.650), mientras que en la Argentina, segundo país en donde se solicitó el registro, todavía está en curso su tramitación.
Justamente, los tiempos de tramitación y los alcances de la protección suelen ser invocados en el sector como las dos principales variables que obligan a pensar en proteger las investigaciones no sólo en nuestro país, sino también en el exterior.