Los centennials duran un promedio de ocho meses en los trabajos
Hoy, la rotación laboral no está mal vista sino que, además, se considera un valor y se reconoce como la capacidad de adaptarse rápido a un contexto cambiante.
Por Sebastián Siseles – Vicepresidente internacional del portal de trabajo online Freelancer.com
Aquello que en muchas generaciones era visto como una virtud, permanecer en un mismo trabajo casi toda la vida laboral, hoy se percibe de un modo diferente gracias a las transformaciones en el mundo del trabajo. Salir de la zona del confort y equilibrio vida-trabajo, es lo que los centennials buscan.
Para las generaciones previas a los centennials, como los Baby Boomers y la Generación X era muy común permanecer en un mismo trabajo varios años. De hecho, en la generación de los llamados Baby Boomers, o sus padres, lo normal era pasar por 1 o 2 diferentes empresas y luego retirarse o dedicarse a un emprendimiento propio. Pero la Generación Z y los centennials han pateado el tablero: ahora la rotación laboral no está mal vista sino que, además, se considera un valor y se reconoce como la capacidad de adaptarse fácil y rápidamente en un contexto cambiante.
Con el paso de los años, el promedio de años en cada empleo ha caído considerablemente, según una encuesta elaborada por Deloitte.
Si bien no todos los casos son iguales, y hay desde ya individuos que han optado por caminos diferentes, es común considerar los siguientes años de permanencia en un empleo, según las diferentes generaciones:
• Baby Boomers (1946-1960): 20 a 30 años promedio en cada trabajo.
• Generación X (1961-1981): 8- 10 años promedio en cada trabajo.
• Millennials (1981-1994): 5 años promedio en cada trabajo.
• Centennials (1995-presente): se estima que será de 6-8 meses promedio en cada trabajo.
Para los especialistas lo positivo es la capacidad de buscar cosas nuevas y no quedarse en la llamada “zona de confort”, esa que se alcanza luego de una curva de aprendizaje finalizada y que no supone nuevas experiencias de aprendizaje.
Los centennials han llegado para desafiar la idea de que un trabajo es para toda la vida. Ya no es tabú cambiar de trabajo con frecuencia. Es más, es leído como una virtud de adaptabilidad y adaptación extrema que exigen los entornos altamente cambiantes como los de hoy.
Según el periódico The Independent, el 43% de los millennials planean cambiar de trabajo en los próximos dos años, y solo un 28% piensa permanecer en sus trabajo más de dos años. Si bien el salario se cita en el informe como un factor de peso a la hora de cambiar de trabajo, los protagonistas declaran que se debe mayormente a que no están de acuerdo con la ética de las empresas o sus prácticas.
Los centennials suelen permanecer como máximo 8 meses en el trabajo. Parte de esta situación es que muchas veces los trabajos tradicionales de 9 a 5 no los desafían, y necesitan nuevas cosas para innovar y crear. Naturalmente curiosos, quienes pertenecen a esta generación se encuentran más a gusto fuera de su zona de confort que en ella.
Además de nos estar motivados y de necesitar nuevos desafíos constantemente, esta nueva generación no se siente interpelada por el mandato de “vivir para trabajar”. Prefieren un trabajo flexible, donde no tengan que estar obligadamente de 9 a 18, y que exista un equilibrio atractivo entre vida y trabajo. Por eso, plataformas de trabajo independiente les resultan interesantes para manejar con más libertad y autonomía su vida laboral.
Estudios como el citado arrojan luz sobre un comportamiento que se encasilla rápidamente en falta de compromiso, apatía e incapacidad para cumplir responsabilidades, cuando en realidad se trata de generaciones con nuevas inquietudes y empresas que aún no se adaptaron a un nuevo estilo de pensar al mundo laboral que se viene.
¿Cómo son?
Características distintivas
Según los especialistas en Gestión de Capital Humano, la mayoría de los Centennials observa al trabajo de manera positiva, como posibilidad de autonomía, satisfacción y crecimiento, más que como medio para para ganar dinero.
Entre ellos cobra más fuerza la posibilidad de progresar, desarrollarse y aprender de las otras generaciones laborales, pero también se sienten a gusto, están cómodos, y disfrutan de las tareas que desarrollan, con una amplia apertura al diálogo en la oficina.