Se apaga el sol del verano en Europa y en los Estados Unidos y los grandes fabricantes de tecnología ya mostraron sus dientes. Exhibieron la batería de productos con la que encararán el año que en el hemisferio norte recién arranca. La competencia será fuerte y se dará fundamentalmente en las categorías smartphones, tablets, televisores y relojes inteligentes.

Como ya es una costumbre desde 1924, la semana pasada se realizó en Berlín la feria IFA, sigla que en alemán significa Exposición Internacional de Radio. Es una de las ferias tecnológicas de consumo más importantes del año (la otra es el CES en Las Vegas, los primeros días de enero). Durante tres días, las principales empresas del sector muestran sus nuevos productos con los que intentarán crecer en sus mercados.

Este año se afianzó la tendencia actual llamada Internet of Things (IoT): conectar dispositivos y objetos (muebles, electrodomésticos, ropa, etc) con sensores. Estos objetos producen datos, información que podemos ver y gestionar desde smartphones, computadoras y tablets. Toda la información va y viene a la nube. Varias empresas apuntan a este negocio y mostraron sus novedades. Samsung presentó una especie de mayordomo tech bautizado SleepSense, cuya función es monitorear la calidad de sueño. Se ubica debajo del colchón y manda reportes al celular con las horas de sueño profundo o liviano, cuantas veces nos levantamos de la cama durante la noche, etc. Además monitorea la temperatura del dormitorio, las cámaras de seguridad, las luces y apaga el televisor si nos dormimos. Recordemos que para meterse de lleno en el negocio de la ‘casa inteligente’, el año pasado la empresa coreana compró la startup SmartThings, dedicada a fabricar dispositivos y soluciones en torno al hogar conectado. Habría desembolsado, según rumores, unos 200 millones de dólares.

¿Espejito, espejito, quién es el más lindo? Panasonic presentó su ‘Interactive mirror‘, un espejo inteligente que además de brindar información sobre funciones vitales de la salud, nos muestra cómo quedaríamos con barba, pelo largo o con un maquillaje diferente.

También fue la IFA de los relojes inteligentes, los nuevos niños mimados de la industria. Una docena de empresas estrenaron nuevos modelos, que en los Estados Unidos se venden entre 150 y 300 dólares aproximadamente. Motorola renovó su 360, ahora en dos tamaños, con Android Wear 1.3 y resistente al agua. Y aseguraron que la batería –el punto crítico de los relojes– dura dos días completos. También Samsung anunció su primer modelo circular, el Gear 2, que será compatible no solo con los smartphones y tablets de su marca, sino también con cualquier otro que tenga Android como sistema operativo.

Del otro lado del planeta, Apple, que nunca participa en ferias junto a otras empresas. El miércoles presentó en San Francisco sus nuevos iPhone 6S y 6S Plus, con pantallas de 4,7 y 5,5 pulgadas respectivamente. La atracción fue la pantalla 3DTouch, que genera un nuevo menú de acciones según la presión que se ejerza. También hay mejoras en la cámara principal (sube de 8 a 12 MP) y la frontal para selfies de 5 MP, además de poder filmar en calidad 4K. Sorprendió el iPadPro, una gran tablet de casi 13 pulgadas orientado al uso profesional. Viene con funda-teclado y un Pencil, el puntero para dibujar. Esto último era un elemento que Steve Jobs siempre desechó por considerarlo inútil. «Ya tenemos cinco punteros para usar» y mostraba los dedos de una mano. Pero Jobs ya no está y Apple es una compañía que, por más éxito que tenga hoy, necesita hacer productos en base a las exigencias del consumidor exige. Y si para eso es necesario traicionar la voluntad de su fundador, a Tim Cook no le temblará el pulso. El resto de las empresas lo siguen de cerca sin perderle pisada. La competencia es dura. El año acaba de empezar.