Gobierno Siglo XXI. TECNOLOGÍA Y REGULACIÓN. Coalboración Prof. Miguel A. Pero

GOBXXI

Gobierno Siglo XXI por Miguel A. Pero

Un empeño en pro de búsqueda, selección y difusión de conocimientos y prácticas tendientes a mejorar la administración y funcionamiento del gobierno.

 Entrada 23.01.2018

 TECNOLOGÍA Y REGULACIÓN.

Extraído y adaptado del texto: What’s The Future and Why It’s Up to Us. Tim O’Reilly – HarperCollins Publishers – 2017. Cap. 09: A Hot Temper Leaps O’er A Cold Decree.

 

Las consecuencias no intencionadas de simplemente tratar de aplicar viejas reglas y clasificaciones frente a modelos radicalmente diferentes, ilumina la necesidad de una más profunda comprensión de la tecnología de parte de los reguladores y de un pensamiento fresco tanto de parte de los reguladores como de las compañías que se busca regular.

La regulación es un tema de todos los días de los políticos. “Tenemos demasiada regulación” dicen por un lado; “Necesitamos más regulación” dicen por el otro. Quizás el problema real sea que tenemos la clase incorrecta de regulación, un montón de reglas en papel, procesos ineficientes y muy poca capacidad de ajustar las reglas o los procesos cuando descubrimos las inevitables consecuencias no intencionadas.

 

Qué es lo que tienen en común todas las formas de regulación?

  1. Una clara comprensión del resultado o logros deseados.
  2. Medición en tiempo real para determinar si se está logrando el resultado.
  3. Algoritmos (i.e., un conjunto de reglas) que hacen continuos ajustes para alcanzar el resultado o logro.
  4. Profundos análisis periódicos de si los algoritmos mismos son correctos y se desempeñan como se espera.

 

Existen pocos casos, muy pocos en total, en los que los gobiernos y agencias cuasi gubernamentales regulan usando procesos similares a los delineados anteriormente. Los bancos centrales por ejemplo, regulan la oferta monetaria en un intento de gestionar las tasas de interés, la inflación y el estado general de la economía. Definen una meta, que tratan de alcanzar vía periódicos pequeños ajustes en las reglas. Contrástese eso con el modelo regulatorio normal que se enfoca en las reglas más que en los resultados o logros.

Las leyes deberían especificar las metas, los derechos, logros o resultados, autoridades y límites. Si se especifican con amplitud y claridad, esas leyes pueden resistir el paso del tiempo. Las regulaciones que especifican con mucho más detalle como ejecutar esas leyes deberían considerarse en gran parte de la misma manera en que los programadores consideran a sus códigos y algoritmos, un conjunto de herramientas constantemente actualizado diseñado para alcanzar los logros especificados en las leyes.

Al igual que compañías como Google, Facebook, Apple, Amazon y Microsoft construyen mecanismos regulatorios para gestionar sus plataformas, los gobiernos existen como una plataforma para asegurar el éxito de nuestra sociedad y esas plataformas necesitan estar bien reguladas.

Necesitamos encontrar más formas de hacer sistémica las consecuencias de la mala acción, parte de un flujo de trabajo de alta velocidad similar a la manera que las compañías de Internet usan (DevOps – Desarrollo de las Operaciones) para racionalizar y acelerar sus procesos internos. Esto no quiere decir que se deje de lado el concepto de “debido proceso” sino que en muchos casos ese proceso puede ser acelerado enormemente, haciéndose más justo y claro al mismo tiempo.

Hay algunas lecciones a tomar de las plataformas tecnológicas. No obstante, la enorme complejidad de los sistemas algorítmicos usados para administrar plataformas como Google, Facebook y Uber, la función objetivo (“fitness function”) de esos algoritmos es usualmente simple: Encuentra el usuario relevante esta información?, según se evidencia por su propensión a hacer click en ella y luego salirse?. Se involucra el usuario con este contenido?, según se evidencia por su disposición a continuar clickeando en la historia siguiente? Se levanta al usuario (servicio de taxi) dentro de los tres minutos? Tiene el chofer un rating por encima de 4.5 estrellas?

Los reguladores externos deberían enfocarse en definir el resultado o logro deseado y medir si se lo está logrando o alcanzando. Deberían también diagnosticar el delta entre los resultados que se intentan y la función objetivo (fitness function) de los algoritmos usados por aquellos que se intenta regular. En otras palabras, son los participantes incentivados a alcanzar las metas definidas por la regulación o son incentivados a burlarlas? Las mejores regulaciones alientan a la parte regulada a tomar o resolver el problema por sí misma. Esto no es “auto-regulación” en el sentido que el gobierno simplemente confía en el mercado para que se hagan las cosas correctas. En vez, es un tema de crear los incentivos correctos.

La modernización de cómo los datos son informados tanto al gobierno y al mercado es una manera importante de mejorar los resultados regulatorios. Cuando se informa en papel o en formas digitales opacas como en PDF, o sólo se informan trimestralmente, eso es mucho menos útil. Cuando los datos se proporcionan en formato digital reusable, el sector privado puede ayudar en resolver los problemas así como en construir nuevos servicios que proveen de valor al consumidor y al ciudadano. Hay un campo enteramente nuevo de Tecnología Regulatoria o RegTech, que usa herramientas de software y datos abiertos para el monitoreo, el reporte y el cumplimiento de las regulaciones. Los sistemas regulatorios impulsados por datos no necesitan ser tan complejos como los usados por Google o las Compañías de tarjetas de crédito. El punto es medir el resultado deseado, y poner toda consecuencia adversa de la divergencia con relación al logro deseado o intencionado sobre las partes apropiadas.

Miguel A. Pero

Enero 2018