Es gratificante para nuestra Facultad que los profesores de esta Casa realicen un aporte tan importante a la sociedad mediante sus trabajos y opiniones.
El Profesor Alejandro Danon fue consultado por el diario La Gaceta (Tucumán) sobre el Sistema Tributario Argentino, una publicación del día 12 de Abril de 2015.
La necesaria reforma del sistema tributario argentino
Antonella Bonacina y Alejandro Danón – Economistas
En estos últimos meses se discutió mucho acerca del Impuesto a las Ganancias para las personas físicas, y se generó una buena oportunidad para encarar un debate técnico acerca del sistema tributario argentino. La publicación anual insignia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre los retos de política económica y social de América Latina y el Caribe señala que no hay reforma más importante para el crecimiento sostenible e incluyente de la región que la que tiene que producirse en los sistemas fiscales y tributarios. El mecanismo institucional apropiado para realizar las modificaciones de Ganancias es el Congreso, según lo establecido en los artículos 99 y 75 de la Constitución Nacional. En los últimos años, la actualización del mínimo no imponible y de las deducciones por debajo del aumento nominal de los salarios se tradujeron en un aumento de hecho del gravamen. La inflación genera que cada vez más personas paguen este impuesto y, los que ya lo pagaban, tributan un porcentaje mayor, aún cuando el poder adquisitivo de sus ingresos puede no haberse incrementado.
La Argentina, al igual que muchos países en desarrollo, presenta un sistema tributario basado mayormente en impuestos indirectos, no asociados directamente sobre personas. El impuesto a las personas físicas representa casi el 6% de las cargas tributarias nacionales y subnacionales. La mayor parte de la recaudación neta proviene de impuestos generales al consumo, como el IVA (23%), seguridad social (21%), ingresos brutos (10%), al comercio exterior (10%), a las corporaciones (9%), y a las transacciones financieras (7%) . En las economías desarrolladas, Ganancias es el impuesto más importante. Entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), este tributo representa el 24% de los recursos; los impuestos al consumo representan menos del 20% y los impuestos a las exportaciones son insignificantes; el impuesto a los débitos y créditos no existe en la mayoría de los casos.
También aparecen otros no vigentes en toda la Argentina, a excepción de dos provincias, como el impuesto a la herencia. Existen razones por la cuales las economías desarrolladas adoptan esta estructura, y las mismas están ligadas a cuestiones de equidad. Mientras que Ganancias es progresivo (pagan un porcentaje mayor de sus ingresos los individuos más ricos), el impuesto más importante de la Argentina, el IVA, es regresivo.
Estudios económicos muestran que la aplicación de Ganancias disminuye significativamente la desigualdad, mientras que impuestos indirectos como el IVA, la aumentan. Muchas personas que pagan Ganancias tienen la sensación de que no “deberían” pagarlo, que les corresponde sólo a los “ricos”. Actualmente, una persona con una familia tipo a cargo, casado con dos hijos, comienza a pagar el impuesto si su ingreso supera los $ 15.000. Según datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, la remuneración privada bruta de un trabajador formal en el sector privado fue de $ 10.900 en 2014, es decir que el mínimo no imponible supera en un 38% el salario medio formal. Casi el 20% de los trabajadores formales de la Argentina paga Ganancias. Si consideramos a los trabajadores formales e informales, menos del 10% supera el ingreso neto necesario para gravar Ganancias.
La falacia de pensar que todos pertenecemos a la clase media, cuando en realidad tenemos ingresos por arriba o por debajo de la media, es un hecho estilizado. El sistema tributario debe promover el desarrollo económico y humano, y minimizar las distorsiones en el sistema de precios. La discusión es amplia en esta dimensión.